Oficial del "Moqueguazo" manda Policía en Islay

Por: Jhonny Pineda A.
Desde hace una semana el control de las operaciones policiales en el valle del Tambo, en la provincia de Islay se encuentran a cargo del general PNP Clever Vidal Vásquez, calificado por el director general de la Policía Nacional del Perú, Jorge Flores Goycochea, como especialista en el manejo de conflictos sociales. El oficial tiene la misión de hacer cumplir los protocolos y procedimientos para evitar excesos policiales en las protestas contra el proyecto minero Tía María que se desarrollan desde hace más de 30 días, sin embargo, el remedio puede ser peor que la enfermedad.
Hasta antes de los cambios los operativos policiales en el valle del Tambo eran coordinados directamente por el jefe de la Región Policial Arequipa, general PNP Enrique Blanco Ridoutt, pero ahora Vidal Vásquez, actúa en representación de Flores Goycochea. El nombre de Clever Vidal no es olvidado por los pobladores de Moquegua y por el general PNP (r) Alberto Jordán Brignole, exjefe de la desaparecida XI Dirección Territorial Policial después del desenlace del denominado “Moqueguazo” ocurrido en junio del 2008. Los moqueguanos ese año se levantaron reclamando más canon minero y unas 25 mil personas tomaron el puente Montalvo paralizando el transporte interprovincial y de buses en toda la región sur del país.
ANARQUÍA EN LAS FILAS
El encargado de las operaciones estuvo el general (r) Alberto Jordán, siempre dispuesto a evitar cualquier costo social a pesar que desde Lima era presionado por el general (r) Octavio Salazar Miranda, en ese momento fungía de Director General de la PNP y los políticos a desalojar el puente Montalvo haciendo uso de los medios necesarios de la fuerza.
El 16 de junio del 2008, Jordán Brignole se reunió con los líderes de la protesta esperando llegar a un acuerdo y conseguir despejar la carretera panamericana por 48 horas para que los pobladores retomen el diálogo con el Ejecutivo para evitar un derramamiento de sangre innecesario.
Ese día el personal dispuesto para el control de la multitud se encontraba en sus puestos designados. Los oficiales tenían la expresa consigna de no actuar sin la orden del oficial.
“El personal policial había sido ubicado a una distancia prudencial con la orden precisa de no lanzar gas lacrimógeno ni responder a las provocaciones y de mantenerse en una actitud vigilante, porque la menor chispa podía detonar el desastre” recuerda en su libro, Alberto Jordán.
Los esfuerzos del oficial por mantener la paz resultaron infructuosos al producirse un sorpresivo enfrentamiento entre los manifestantes y un grupo de efectivos que se lanzaron a despejar el puente Montalvo cuyo resultado fue la escalada de violencia.
El general Jordán Brignole fue informado que el coronel PNP Clever Vidal –en ese entonces jefe de la Dinoes- hace uso del gas lacrimógeno desobedeciendo su orden de suspender el operativo y con el apoyo del Coronel Edison Salas se lanzaron con casi 500 hombres a desbloquear el Puente Montalvo, lanzando gases lacrimógenos contra 25 mil protestantes.
Los manifestantes empleando armas contundentes de todo tipo, contraatacaron violentamente poniendo en fuga a la tropa, con una gran cantidad de policías heridos y contusos.
Según pudo averiguar Alberto Jordán, el oficial Clever Vidal, mantuvo una actitud beligerante desde un inicio al ubicarse con su personal en medio de dos cerros, donde permanecían unos 5 mil manifestantes apostados en la zona alta de ambos lomas poniendo en peligro a su personal y su persona.
El coronel PNP fue advertido de su desfavorable posición pero lejos de hacer caso permaneció en el lugar provocando a la masa. Los manifestantes reaccionaron lanzando piedras. El oficial lejos de retirarse o informar a su jefe inmediato decide pasar por encima del general Jordán Brignole y se comunica con el director general de la PNP, Óscar Salazar Miranda, solicitando permiso para atacar empleando gas lacrimógeno.
Miranda Salazar, a pesar de conocer de la reunión de Alberto Jordán con los líderes de la protesta ordena el uso de la fuerza desatando el caos entre el comando policial y la convulsión social.
PERSEGUIDOS Y CASI LINCHADOS
La incursión de Vidal Vásquez desato la ira de los moqueguanos y el general PNP Alberto Jordán y el contingente policial a su mando se vieron atrapados en una lluvia de piedras tratando de salvar sus vidas porque los manifestantes pretendían lincharlos. En la refriega el oficial acabó con la muñeca izquierda fracturada mientras algunos suboficiales acabaron con lesiones más delicadas.
La aparición de un grupo de mujeres encabezadas por Nélida Cuayla, esposa de un dirigente y las hermanas de una parroquia contuvieron a la masa descontrolada salvando de la muerte a los policías pero quedaron prisioneros en manos de los huelguistas.
La turba después obligó a Jordán a disculparse por el accionar de su comando y la clase política que gobernaba el país. “Pedí disculpas no solo por mí, sino también por los que no estaban, por los que no dieron solución a los problemas en su debida oportunidad que motivo el bloqueo de la carretera”, escribió el general (r) PNP en su libro.
Los 60 agentes policiales estuvieron privados de su libertad por espacio de 34 horas y fueron dejados en libertad al intermediar el obispo Marcos Cortez y el representante del Defensor del Pueblo, Hernán Cuba con los dirigentes de la población.
TÍA MARÍA
Actualmente en el valle de Tambo la violencia ha desbordado al ser atacada la comisaría de la Punta y varias viviendas por parte de los opositores al proyecto tía María. Ante esta situación Alberto Brignole, no puede entender como designan al general PNP Vidal, en la zona de conflicto en Arequipa al ser quien originó el mal manejo y el debacle en Moquegua.
“Él (Clever Vidal) no acató la orden de no usar gas lacrimógeno echando a perder todo el diálogo y negociaciones que yo estaba efectuando. Fue un traidor porque desconoció mi orden, siendo yo su jefe operativo inmediato” ha manifestado.
Ante la crisis en el valle del Tambo que ya ha dejado varios efectivos policiales heridos, el general PNP (r), considera “Si la gravedad de los hechos subsiste, el Gobierno tiene en esas circunstancias la potestad de decretar el estado de emergencia, pudiendo asumir el control restablecimiento del orden interno las Fuerzas Armadas, con autorización del Presidente de la República"
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