miércoles, 19 de marzo de 2014


Periodismo de verificación

Por: Heriberto Chullo
Aunque la verificación existe, o debería existir, desde que el periodismo es periodismo, en los últimos tiempos parece que se ha convertido en moda presentar programas, webs o secciones dentro de medios digitales dirigidas a este menester. Un, podríamos llamar, periodismo de verificación que anda en paralelo del periodismo de investigación.
lupa noticias
Le Monde estrena una nueva sección en la web que parte de un simple blog dedicado a lacomprobación de los hechos, creado hace cuatro años, y que ahora contará con un equipo de diez personas entre los que hay editores, diseñadores gráficos, periodistas especializados en datos o un editor de redes sociales.
El objetivo es que, mientras aumenta la desinformación en línea hasta el punto que se está trabajando para construir un detector de mentiras en TwitterLos decodificadores se dedicarán a comprobar hechos durante todo el día.
Parten de varias premisas:
La verdad es más compleja que un sello de verdadero o falso.
La política no es el único campo que necesita la verificación.
Hay que escuchar a las preguntas de los lectores. Los debates de las redes sociales serán examinados y servirán de guía en la elección de los temas de los decodificadores, algo así como un pequeño descanso de la cultura periodística tradicional.
dirigirse a una audiencia viva en las redes sociales. Así, van a cambiar el circuito de lanzamiento de sus informaciones: emitirán los primeros mensajes informativos en Twitter, luego Facebook, después en la web, más tarde en su servicio informativo nocturno, por la mañana en el papel y si es necesario por último en la revista de Le Monde.
En España tenemos el programa de laSextaEl Objetivo, que ha sido tachado por algunos de carecer de objetividad. La cuestión es que si en el tan cacareado ahora factcheck realmente se puede aspirar a la imparcialidad.

Seis consejos de George Orwell a periodistas y políticos para no manipular al ciudadano

Seis consejos de George Orwell a periodistas y políticos para no manipular al ciudadano
El periodista y escritor británico George Orwell  acuñó el concepto neolengua(newspeaking) en la que se considera la mejor radiografía del fascismo, 1984. Bajo ese concepto denunciaba cómo los poderes fácticos usaban el lenguaje para controlar y manipular a la ciudadanía, usando palabras que significaban justo lo contrario y estaban concebidas para que su verdadero significado se olvidara. Uno de los ejemplos más reconocidos de este experimento de llevar el lenguaje al límite es que en la novela elMinisterio de la Guerra termina llamándose el Ministerio del Amor. Curiosamente en casi todos los países se llama de Defensa –que implica la existencia de un ataque previo, una amenaza y una no predisposición a la violencia-.
Definición de periodismo por George Orwell.
Definición de periodismo por George Orwell.
Pero antes de llevarlo a la ficción, Orwell reflexionó sobre el uso que políticos y periodistas hacían del idioma –el inglés en este caso- en su ensayo Politics and the English language (1946) publicado en el diario Horizon. La conclusión a la que llega es que  tanto la civilización como el lenguaje están en “decadencia”, lamentándose de que “cualquier denuncia contra los abusos cometidos contra el lenguaje” sean considerados un “sentimentalismo obsoleto”. Sin embargo, si analizamos los mensajes actuales que medios y muchos políticos lanzan, descubriremos que el uso de determinados términos y argumentos no es ni inocente ni espontáneo.
Orwell tenía claro que el declive del inglés tenía más que ver con razones políticas y económicas que con malas prácticas literarias. “Se ha convertido en feo e inexacto porque nuestros pensamientos son estúpidos,  pero la desidia en nuestro lenguaje facilita que tengamos esos pensamientos tontos”.  Para Orwell el inglés, especialmente el escrito, estaba lleno de malos hábitos repetidos por imitación. Deshacerse de ellos era un primer paseo clave  hacia la regeneración política.

Vaguedad e imprecisión para justificar lo injustificable

Ya en la década de los 40 el lenguaje político e informativo  para el escritor británico se caracteriza por “el uso de imágenes viciadas, la falta de precisión y la vaguedad”. ¿Por qué?. Según Orwell  la prosa política estaba concebida para “hacer que las mentiras sonaran a verdad y el crimen respetable, así como para dar apariencia de solidez a lo que es simple aire”. La relación que Orwell veía entre una mala prosa y una ideología opresiva –llevada al extremo en 1984- queda clara en este párrafo del ensayo donde además podemos encontrar similitudes con hechos recientes como los desplazamientos forzosos o Guantánamo:
 “En nuestro tiempo el discurso político y la escritura son una defensa de lo indefendible. Cosas como la permanencia del gobierno británico en India, las purgas y deportaciones en Rusia, el lanzamiento de las bombas atómicas en Japón, claro que pueden ser defendidos, pero solo por argumentos que son demasiado brutales para que la mayoría de la gente se enfrente a ellos y no encajan con los propósitos declarados por los partidos políticos.
El lenguaje político tiene que consistir principalmente en eufemismos, preguntas sin respuesta y pura confusa vaguedad. Pueblos indefensos son bombardeados desde el aire, sus habitantes desplazados al campo, el ganado ametrallado, los refugios incendiados con balas: a esto se le llama pacificación.
1984 una de las novelas más leídas de Orwell.
1984, una de las novelas más leídas de Orwell.
Millones de campesinos son expulsados de sus granjas y enviados a recorrer a pie la carretera con nada más que lo que puedan llevar: a esto se le llama traslado de población o rectificación de fronteras.
La gente es encarcelada durante años sin juicio, o disparada en la nuca o enviada a morir de escorbuto en campamentos de madera en el Ártico: esto se llama eliminación de elementos de poca confianza. Esta fraseología es necesaria si uno quiere llamar a las cosas sin traer a la memoria una imagen mental de ellas.”

Seis reglas para no caer en la tentación de manipular

La gran enemiga del lenguaje para Orwell es la falta de sinceridad. “Cuando hay una brecha entre las intenciones reales de uno y aquellas que confiesa, uno se vuelve hacia las largas palabras y los agotados modismos por instinto, como si fuera un calamar arrojando un chorro de tinta”. Para evitar la tentación que la imprecisión y las frases trilladas suponían para sus contemporáneos, el escritor británico les ofreció estas seis reglas de oro de vigente actualidad:
1. No uses nunca una metáfora, símil o figura lingüística que estés acostumbrado a ver impresa, en particular expresiones como “talón de Aquiles”, “canto del cisne”, “hervidero”, “semillero” que Orwell llamaba “metáforas muertas”. Consideraba que la mayoría de las veces se usaban sin conocer su auténtico significado.
2. Si puedes usar una palabra corta, no uses nunca una larga. A Orwell le exasperaba el uso “pretencioso” del idioma con el abuso de palabras como “fenómeno”, “individuo”, “objetivo” y “elemento” o sin  significado como “romántico”, “plástico”, “valores” y “humano”.
3. Si puedes acortar una palabra, hazlo. Para Orwell es frecuente encontrar párrafos largos y carentes de sentido no solo en discursos políticos sino en textos sobre Arte y crítica artística.
4. Nunca uses la voz pasiva si puedes usar la activa.
5. Nunca uses un vocablo extranjero, un término científico o jerga si crees que existe un equivalente en el lenguaje común.
6. Rompe cualquiera de estas reglas antes que decir una barbaridad. Por ejemplo, si es necesario para construir la frase más exacta pero bajo la recomendación de no usar el lenguaje para manipular o engañar al lector.
Sin embargo, el propio Orwell reconoce incumplir alguna de estas normas en el mismo ensayo en el que las explica.
6 consejos de George Orwell para no manipular al ciudadano

El nuevo sur que se cocina desde La República

Juan Carlos Soto, editor de La República Región Sur
 
 
Los retos que enfrenta una edición regional
Juan Carlos Soto
Editor de La República Región Sur

El periodismo es la vida misma. Un oficio intenso en donde a veces el periodista es un actor privilegiado de la realidad. Sin embargo, lo de privilegiado muchas veces suena a ironía. Los grandes hitos del periodismo se cimentan sobre terribles desgracias. Sin embargo, para bien o para mal estamos medianamente enterados de lo que pasa con nuestra realidad.  Así como es una actividad apasionante, ella entraña un peligro latente por los constantes roces con el poder político y el fáctico. Los primeros están encarnados en una clase de autoridades acostumbradas a la zalamería. Los segundos, más oscuros aún, campean desde el narcotráfico, contrabando, la trata de personas y otras mafias que jamás perdonan ser puestos al descubierto. Revelar una verdad o una aproximación a ellas puede ser una sentencia para su divulgador. Sin embargo, contra viento y marea, La República en el Sur ha caminado por ese sendero. Durante su quehacer cotidiano, este diario defendió siempre el sentido de la pluralidad, la democracia y los valores de la ciudadanía. No somos consorte del poder. Por el contrario, nuestra única bandera ha sido la del interés común. Hemos desarrollado un periodismo puro y duro. 
Después de 19 años de trabajo en las regiones del sur como Arequipa, Moquegua, Tacna, Puno y Cusco, podríamos decir humildemente que La República contribuyó a abrir muchos debates de desarrollo: la descentralización, la defensa del gas de Camisea, la fiscalización de los recursos de canon minero, entre otras banderas. El siempre intrincado arranque del progreso conlleva a extensas charlas sobre lo bueno, relevante o innecesario. Autoridades, sociedades civiles,  sindicatos, grupos empresariales, ciudadanos o extranjeros afincados en estas tierras poseen una visión particular y especial de cómo enfocar una mejor vida para todos. Entonces, nuestras páginas se transforman en canales donde discurren los pareceres en diversos géneros periodísticos o columnas de opinión.  En este diario siempre se ha guardado la intención de escuchar y analizar atentamente las voces.
Indudablemente nuestro nombre evoca una gran reflexión. Cuando nuestro fundador Gustavo Mohme Llona creó este periódico, soñó con un nuevo país. Una nación libre, honesta, justa y plural, donde todos sus ciudadanos conservaran una convivencia democrática y sin totalitarismos. Un territorio y sociedad donde todos los hombres puedan estrecharse las manos y sentirse renovados. Las ediciones regionales, un emprendimiento que no fue repetido por ningún otro medio capitalino, han alimentado ese sueño. Y creemos que, a pesar de las imperfecciones, caminamos por el legado de Mohme Llona. Creemos con humildad que estamos haciendo lo justo en un país de múltiples retos.

lunes, 17 de marzo de 2014


Voto de confianza: Congreso vuelve a reunirse este lunes a las 16:00 horas


ollanta humala y pcmEl pleno del Congreso se reunirá en sesión extraordinaria con la finalidad de votar la cuestión de confianza solicitada por el Gabinete de Ministros que preside René Cornejo.
De acuerdo a la convocatoria realizada por el presidente de este poder del Estado, Fredy Otárola, la sesión plenaria deberá iniciarse a las 16:00 horas.

La convocatoria a este pleno extraordinario se decidió luego de que el Parlamento no lograra un acuerdo mayoritario para respaldar al Consejo de Ministros durante la sesión del pasado viernes.

Si bien jurídicamente el Gabinete obtuvo el respaldo del Congreso apelando a un tecnicismo reglamentario, el Ejecutivo ha invocado al Parlamento a emitir un pronunciamiento claro respecto a este tema.

Se espera, entonces, que mañana la cuestión de confianza vuelva a ser sometida a voto por la Presidencia del Parlamento.
Dicha cuestión de confianza en requisito indispensable para que el Gabinete desarrolle su plan de trabajo.

Según el artículo 133 de la Constitución, si el Parlamento no otorga ese respaldo, se produce la "crisis total" del Gabinete.

El jefe del Gabinete de Ministros, René Cornejo, dijo que el gobierno está dispuesto a dialogar con todos los sectores políticos del país y a recoger sus propuestas y preocupaciones, a fin de construir el clima propicio para garantizar la estabilidad del país y el crecimiento económico.

Nadine Heredia y su poder

El poder de Nadine Heredia
La escena política está copada por el poder que al parecer ejerce Nadine Heredia sobre el Presidente, sobre el partido de gobierno y sobre los funcionarios del Estado. Un poder que dejó de ser influencia cuando se hizo claro, exhibido voluntariamente sin cautela, para que el país perciba que la lideresa política en construcción tiene plenos poderes derivados, no delegados, del recibido de las urnas por su cónyuge Ollanta Humala.
En una democracia representativa solo los votos dan derecho a ejercer poder. El presidente elegido no puede ejercerlo compartido, o por interpósita persona, pues el pueblo se lo confirió de manera personalísima. La representatividad se basa en los votos y en la responsabilidad que implica el ejercicio soberano del poder recibido.
La legitimidad democrática indica que todo poder da cuentas al pueblo que lo eligió para formar gobierno, dentro del cual solo hay funcionarios elegidos o designados, todos bajo la premisa absoluta de la responsabilidad exigida de acuerdo al derecho.
Por supuesto que hay poderes fácticos que se ejercen desde fuera del aparato del Estado con autoridad informal y capacidad de presión para influir políticamente. No se imponen por la fuerza porque tienen acólitos suficientes para controlar los mecanismos del poder político a través de funcionarios claves estratégicamente colocados. Este parece ser el caso de Nadine Heredia a quien el pueblo peligrosamente ubica, según recientes encuestas, como verdadera gobernante. Si así fuera se configuraría usurpación. Y si no lo fuera la imagen se hace peligrosa realidad que lesiona la democracia.
La respuesta del Presidente no ha sido la más atinada. Confunde la defensa de su esposa con la del poder que se le atribuye y al parecer detenta. Craso error. Una cosa es el Estado-gobierno y otra el partido de gobierno. Nadine Heredia no integra el primero pues no es funcionaria con responsabilidades establecidas por tanto no puede hablar a nombre de él. Es altísima dirigente del partido de gobierno y puede hablar a nombre de su partido, como lo hacen Keiko Fujimori o Alan García. Diferencia clave en una democracia que tiene como elemento esencial la responsabilidad por actos de gobierno que en el caso de Heredia no es exigible por no ser funcionaria nombrada ni elegida.
Sin mencionar que su designación como Presidenta del Partido Nacionalista, en el afán de consagrarle su derecho a la palabra, es de reciente data y confirmaría la necesidad de otorgarle un espacio político válido e indiscutible, aunque de hecho también estaría dando la razón a quienes la cuestionaban antes de dicha designación.
El poder político legítimo y legal en un estado de derecho debe siempre adecuarse a las reglas. Cuando individuos, grupos o instituciones logran imponer su influencia y su poder de facto pueden tener éxito circunstancial pero tarde o temprano tendrán que dar cuenta de sus actos. No olvidarlo
.

El mal escenario
Por:Heriberto Chullo
Con voto de confianza o sin él, el gabinete Cornejo está políticamente muerto. Este buen señor paga los platos rotos por la Primera Dama-Presidenta del Partido-Premier en la sombra. Con realismo, Ollanta debió y aún podría aceptar esa situación, nombrar un nuevo gabinete y pasar la página amarga.
Pero, terco como es, ha optado por insistir en este mismo gabinete. Ingenuamente, quiere obligar al Congreso a aceptarlo. Recién va a descubrir lo que es gobernar el Perú sin mayoría parlamentaria. En el Perú no hay equilibrio de poderes. El Congreso tiene el poder, no el Ejecutivo (pese a que todos creen lo contrario). Humala ha contado con una mayoría prestada que lo ha engañado y vendado ante la realidad. Ahora va a saber qué cosa es la democracia criolla. Un país no se gobierna como el Ejército. La oposición ya le ha marcado la cancha. Si insiste, conducirá al Perú de vuelta al despeñadero que lleva de la demagogia al autoritarismo. Así fue en 1948, 1962, 1968 y 1992. Ahí se hallan hoy Cuba y Venezuela y hacia allá marchan Argentina, Bolivia y Ecuador. Nosotros merecemos un mejor destino.
La trampa es evidente y el Congreso no caerá en ella. De negarle el Congreso la confianza a este gabinete muerto, es obligatorio explorar la posibilidad de vernos ante un escenario muy malo. El siguiente: el gobierno puede decir que esta es ya la segunda negación y adentrarse en las aguas desconocidas del mecanismo constitucional de la disolución del Congreso al negarle éste la confianza a un segundo gabinete. Ollanta ya está hablando de la "clase política". La terminología es clave. Ya tiene a su gente en los puestos del Ejército. Si alguna vez va a intentar algo, es ahora. Si el Congreso vuelve a negar confianza, puede usar esto como pretexto para disolverlo. Tendría que convocar de inmediato a elecciones parlamentarias, pero eso puede manejarlo. Esas elecciones el gobierno no las ganará. Saldría de ellas con una representación parlamentaria aún menor de la que todavía le queda. Por lo tanto, no convocará nunca a elecciones. El golpe necesita un pretexto. No hay que darle ese pretexto. No vale la pena. Este gabinete está muerto de cualquier modo.
Humala tiene que reflexionar sobre si realmente quiere meterse en ese vórtice del que ya no hay regreso. Hoy ya perdió. Si la culpa es de la Primera Dama, es asunto suyo. Por el momento, está jugando a quién pestañea primero. Lo que necesita es control de daños y nombrar un nuevo gabinete. Mientras más nuevo, mejor. El Congreso no le negará la confianza. Y mañana sera otro día.
Caso contrario, como escribió Cervantes: "si quiso ir contra la corriente y navegar contra el viento, qué tanto que se anegase en la mitad del golfo de su desatino". Estuvo advertido.

Zafarrancho político y vergüenza ajena
Contundente Realidad
Por:Heriberto Chullo
Veamos qué ha pasado el viernes en el Congreso. Nuestra Constitución obliga a los gabinetes ministeriales a acudir al Congreso, dentro de los 30 días de asumida su función, para exponer su plan de gobierno y los congresistas deben otorgarles la confianza, de no hacerlo, todos los ministros tienen que renunciar. Cualquiera pensaría que el criterio de la mayoría de los congresistas les permite votar por darle o no su confianza al gabinete, pero no ha sido así porque 42 congresistas votaron a favor de dársela, 6 por no hacerlo y 73 por “ni fu ni fa” porque se abstuvieron.
Esta votación técnicamente otorga confianza al gabinete porque 42 han votado por dársela y 6 por no hacerlo, los votos por “ni fu ni fa” no cuentan.  Sin embargo, la interpretación política de la votación puede ser que el gabinete no la ha recibido porque solo 42 se la han dado y 79 (6 que se la negaron y 73 que votaron por “ni fu ni fa”) no lo han hecho.  
La Constitución dice que si el Congreso niega la confianza a dos gabinetes, el Presidente (Humala) puede disolverlo y convocar a elecciones para elegir nuevos congresistas. Una  confianza al gabinete otorgada técnicamente y políticamente negada no cuenta para computar las dos negaciones de confianza que se requieren para disolver el Congreso, hecho que aparentemente devuelve al alma al cuerpo a muchos congresistas.
Los ministros de un gabinete que políticamente no ha recibido la confianza que técnicamente sí se ha otorgado, no están obligados a renunciar y si lo hacen pueden formar parte del siguiente. Me guardo los adjetivos. Ni el gabinete ni la clase política merecen un voto de confianza porque su falta de idoneidad está destrozando nuestra oportunidad de salir del subdesarrollo. Tanto nadar para ahogarse en la playa.
Los electores no son responsables por la falta de idoneidad de nuestra clase política, lo son la ley de partidos y el voto obligatorio. Los congresistas, por ser juez y parte, solo a la fuerza harán algo al respecto. El pueblo tiene la palabra.