Majes-Siguas, un sueño realizado
UN NUEVO CAPÍTULO en el camino hacia un desarrollo sostenible de la macrorregión sur ha empezado con las obras del proyecto hidroenergético Majes-Siguas II, impulsado por las vertientes andinas provenientes del Cusco, uniendo esfuerzos con la población de Arequipa.
En la colocación de la primera piedra de la segunda etapa de este proyecto, el presidente Ollanta Humala Tasso indicó que este ampliará la frontera agrícola en 38,500 nuevas hectáreas para la agricultura, producirá energía eléctrica para todo el sur del país y generará no menos de 200,000 puestos de trabajo.
Esta etapa compromete la construcción de la represa de Angostura, en la cuenca alta del río Apurímac, la derivación de las aguas reguladas en Angostura hacia el río Colca. Luego viene la bocatoma de Lluclla en el río Siguas y el sistema de conducción y distribución en las pampas de Majes.
El Jefe del Estado destacó que este proyecto será la piedra angular para garantizar la seguridad alimentaria de las regiones sureñas y, a la vez, sentar las bases de la agroindustria para la exportación.
En efecto, a partir de esta obra estratégica se dinamizará la economía de varias regiones, con una importante producción de alimentos para el consumo directo y la exportación. En el campo hidroeergético se establece un equilibrio con la macrorregión norte.
El ministro de Agricultura, Milton von Hesse, resaltó que los trabajos de Majes-Siguas II se suman a diversos megaproyectos agrícolas, como la tercera etapa de Chavimochic (La Libertad), Olmos (Lambayeque), Chinecas (Áncash), Alto Piura y otros, que generarán empleo y divisas para el país.
Esta irrigación demuestra que el Perú tiene enorme ventaja respecto a otras naciones de la región, por la variedad y diversidad de recursos. Prácticamente, nuestra patria cuenta con todos los pisos ecológicos del planeta, desde un mar generoso para la pesca de consumo humano directo hasta la gran industria.
Nuestra costa posee fértiles cuencas alimentadas por los ríos que bajan de los Andes y separadas por inmensos desiertos. Las altas regiones, además de sus grandes yacimientos mineros, poseen un significativo potencial agrícola y ganadero aún por desarrollarse. Lo mismo podemos decir de nuestra Amazonía.
Es esta una razón fundamental para que el gobierno del presidente Humala haya centrado sus esfuerzos en proteger nuestros recursos hídricos, desde las cabeceras de cuenca hasta las desembocaduras.
Tan así es que se ha diseñado un nuevo concepto para las inversiones mineras, buscando el diálogo de la población con los inversionistas en términos de protección del agua y responsabilidad social y ambiental.
En cuanto a los proyectos hidroenergéticos de gran envergadura, como Majes-Siguas, hay que señalar que su desarrollo genera trabajo masivo y directo, dinamiza la economía, proporciona ocupación indirecta, auspicia el ecoturismo y, lo más esencial, sienta las bases para el desarrollo de la agroindustria, con productos de alta calidad competitiva.
Como bien lo ha explicado el presidente Humala, el agua es un recurso vital, tanto para los medianos y grandes inversionistas como para las comunidades pobres de las zonas altoandinas donde avanza el programa especial Mi Riego.
En tal sentido, el agua es un derecho y un patrimonio que le pertenece a todo el pueblo peruano. De allí surge la necesidad de democratizar este bien público en las ciudades y en el campo, y convertirlo en un instrumento eficaz de inclusión social.
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