Perú, Chile y un destino común
EL DERECHO INTERNACIONAL y la jurisprudencia que obra en el historial de la Corte Internacional de Justicia de La Haya (CIJ) establecen con claridad que los fallos de ese alto tribunal son vinculantes, es decir, de obligatorio cumplimiento para las partes involucradas; en consecuencia, no existe espacio para ninguna otra instancia ni interpretaciones unilaterales.
En el diferendo planteado entre el Perú y Chile sobre límites marítimos no definidos, ambos Estados, por intermedio de sus respectivos gobiernos, han asumido reiteradamente el solemne compromiso de acatar la sentencia final, que será dada a conocer por la CIJ el 27 de este mes.
Al margen de esta condición sine qua non, hay que destacar el clima favorable que existe tanto en nuestro país como en el vecino del sur para impulsar e intensificar las excelentes relaciones bilaterales cultivadas en las últimas décadas bajo los principios de la integración, el libre intercambio comercial y financiero y la solución pacífica de los conflictos.
Los sectores gubernamentales, empresariales e institucionales de ambas naciones han arribado a consensos y acuerdos concretos que apuntan más allá de la sentencia de La Haya y proyectan caminos y objetivos comunes relacionados con el desarrollo sostenible, inversiones y negocios, apertura de fronteras, lucha contra la pobreza, integración regional y sudamericana, así como el intercambio cultural, que siempre es intenso.
En este contexto, junto a las posiciones oficiales y gubernamentales, está la voz de la población civil peruana y chilena, que es consciente de que necesita de la paz para seguir avanzando por la senda del progreso y el bienestar.
Mientras han transcurrido las etapas ordinarias, procedimentales, del contencioso marítimo, los gobiernos de Lima y Santiago, a través de sus respectivas cancillerías y de otros organismos representativos en los planos político, militar y civil, no han detenido sus esfuerzos por reforzar y consolidar nuestras relaciones de paz y armonía.
Luego de una etapa inactiva, esta fue superada en primer término por el restablecimiento de los encuentros denominados ‘2+2’, con la participación de los cancilleres y ministros de Defensa.
Posteriormente, se reactivó el Consejo de Integración Social Peruano Chileno, en el cual se han establecido importantes acuerdos en el aspecto migratorio, y la horizontalidad de los beneficios y situación jurídica de los trabajadores de ambas naciones.
En el campo económico destacan el tratado de libre comercio Perú-Chile, que ha dado margen a una intensa actividad bilateral de los sectores empresariales, comerciales y financieros por intermedio del Consejo Empresarial Peruano Chileno, Cámara de Comercio Peruano Chilena, y otros sólidos y abiertos vínculos.
En el plano regional, el Perú y Chile mantienen el liderazgo en crecimiento económico y productivo, así como en expansión exportadora. Son países protagonistas de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y, más recientemente, de la Alianza del Pacífico, conjuntamente con México y Colombia.
En este escenario, estos días previos a la sentencia de La Haya, resulta natural y previsible que se viva un clima de calma, serenidad, pero también de expectativa. Por esta razón, el presidente Ollanta Humala Tasso y su homólogo Sebastián Piñera realizan urgentes y necesarias consultas y coordinaciones con los más altos representantes de sus fuerzas políticas. También es oportuno señalar que los dos países tienen plena conciencia de que son mucho más los vínculos que los une que un potencial conflicto que está fuera de época y lugar.
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