miércoles, 19 de febrero de 2014


Canon: estabilización y redistribución

El canon es el mecanismo que reparte 50% del Impuesto a la Renta que pagan las empresas de los sectores minero, gasífero, petrolero, energético, forestal y pesquero a los gobiernos regionales, provinciales y distritales de las regiones en donde se realiza la actividad productiva.

Carlos Monge Salgado
Carlos Monge Salgado
Globalización con Equidad
Desde inicios de la década pasada, al crecer la demanda y los precios internacionales del petróleo y sobre todo de los minerales, crecieron las ganancias de las empresas, el Impuesto a la Renta que pagan, y esa mitad del Impuesto a la Renta que gracias al mecanismo del canon van a las regiones, provincias y distritos de donde se extraen esos recursos. Sin embargo, luego de un pico en el 2007, una caída en el 2008-2009, y una nueva crecida hasta el 2011, estas rentas cayeron algo el 2012, más el 2013 y se anuncia que mucho más este año 2014, cuando la caída será de 30% en relación al año pasado.

Estas subidas y bajas del canon y los debates que se han generado al respecto permiten observar dos características de la renta que generan las industrias extractivas.

La primera, es que se trata de una renta volátil, por las alzas y bajas de la demanda y los precios internacionales de los minerales y los hidrocarburos. En respuesta debería crearse un fondo de ahorro y estabilización, que permita ahorrar en las épocas de vacas gordas para tener recursos en las épocas de vacas flacas. De esta manera, los gobiernos regionales y locales podrían tener cierta estabilidad en sus presupuestos de inversión, y no como ahora que cuando hay mucho no logra gastar bien y cuando hay poco se quedan sin lo necesario para cumplir sus compromisos con la población. Lamentablemente, no parece haber en el gobierno interés de caminar en esta dirección.

La segunda es que se trata de una renta mal distribuida, que se concentra en las regiones y provincias y sobre todo en los distritos en donde están los yacimientos. De hecho, Cusco y Áncash se llevan más del 40% de estos recursos mientras que en el otro extremo 14 regiones reciben solamente el 9%. El gobierno ha planteado cambios a la Ley de Canon para una redistribución al interior de las regiones productoras, pero no ha propuesto una redistribución hacia las no productoras. Se entiende que busca evitarse un enfrentamiento con las regiones productoras que serían perjudicadas si les quitan a ellas para darle a las no productoras. Pero también podría usar parte “su” 50% del Impuesto a la Renta para generar un fondo para las regiones no productoras, sin afectar lo ahora asignado a las productoras.

Hay que tomar decisiones, para que un nuevo ciclo de abundancia de renta nos encuentre con un fondo de ahorro y estabilización y un mejor esquema de distribución de la renta extractiva.

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