miércoles, 19 de marzo de 2014


El nuevo sur que se cocina desde La República

Juan Carlos Soto, editor de La República Región Sur
 
 
Los retos que enfrenta una edición regional
Juan Carlos Soto
Editor de La República Región Sur

El periodismo es la vida misma. Un oficio intenso en donde a veces el periodista es un actor privilegiado de la realidad. Sin embargo, lo de privilegiado muchas veces suena a ironía. Los grandes hitos del periodismo se cimentan sobre terribles desgracias. Sin embargo, para bien o para mal estamos medianamente enterados de lo que pasa con nuestra realidad.  Así como es una actividad apasionante, ella entraña un peligro latente por los constantes roces con el poder político y el fáctico. Los primeros están encarnados en una clase de autoridades acostumbradas a la zalamería. Los segundos, más oscuros aún, campean desde el narcotráfico, contrabando, la trata de personas y otras mafias que jamás perdonan ser puestos al descubierto. Revelar una verdad o una aproximación a ellas puede ser una sentencia para su divulgador. Sin embargo, contra viento y marea, La República en el Sur ha caminado por ese sendero. Durante su quehacer cotidiano, este diario defendió siempre el sentido de la pluralidad, la democracia y los valores de la ciudadanía. No somos consorte del poder. Por el contrario, nuestra única bandera ha sido la del interés común. Hemos desarrollado un periodismo puro y duro. 
Después de 19 años de trabajo en las regiones del sur como Arequipa, Moquegua, Tacna, Puno y Cusco, podríamos decir humildemente que La República contribuyó a abrir muchos debates de desarrollo: la descentralización, la defensa del gas de Camisea, la fiscalización de los recursos de canon minero, entre otras banderas. El siempre intrincado arranque del progreso conlleva a extensas charlas sobre lo bueno, relevante o innecesario. Autoridades, sociedades civiles,  sindicatos, grupos empresariales, ciudadanos o extranjeros afincados en estas tierras poseen una visión particular y especial de cómo enfocar una mejor vida para todos. Entonces, nuestras páginas se transforman en canales donde discurren los pareceres en diversos géneros periodísticos o columnas de opinión.  En este diario siempre se ha guardado la intención de escuchar y analizar atentamente las voces.
Indudablemente nuestro nombre evoca una gran reflexión. Cuando nuestro fundador Gustavo Mohme Llona creó este periódico, soñó con un nuevo país. Una nación libre, honesta, justa y plural, donde todos sus ciudadanos conservaran una convivencia democrática y sin totalitarismos. Un territorio y sociedad donde todos los hombres puedan estrecharse las manos y sentirse renovados. Las ediciones regionales, un emprendimiento que no fue repetido por ningún otro medio capitalino, han alimentado ese sueño. Y creemos que, a pesar de las imperfecciones, caminamos por el legado de Mohme Llona. Creemos con humildad que estamos haciendo lo justo en un país de múltiples retos.

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