Razones que explican el miedo a fracasar

Muchas veces, las personas deciden no hacer nada por temor a equivocarse.

Uno de los mayores temores que tiene una persona es al fracaso. Este es un miedo muy común entre los emprendedores. Muchas veces, las personas deciden no hacer nada por miedo a equivocarse.

Para la experta en coaching empresarial Cristina López, el miedo a fracasar es una ilusión no real, creada en la mente, generando la "falsa realidad" de un acontecimiento que todavía no ha sucedido.

"En primer lugar, tenemos que aceptarlo. Si no queremos aceptarlo, difícilmente podremos solucionarlo", sostiene la especialista.

Por lo general, el miedo al fracaso se produce por diversas razones:

1  No nos gusta aceptar críticas, ni equivocarnos. Si no sale como esperamos, querrá decir que nos hemos equivocado, ¿qué pensarán entonces los demás? Todos necesitamos reconocimiento de la gente que nos rodea y nos importa demasiado.

2  ¿Qué entiende por fracaso? Depende de sus expectativas. Somos muy exigentes con nosotros y pensamos que todos tenemos que hacerlo bien. Puede que por fracaso usted entienda que en lugar de llegar a un punto en su negocio en dos años, necesite cinco. Que no llegue al objetivo de facturación que se propuso para este año.

3  Cuanto más miedo sienta, más riesgo ve en lo que hace. Siempre damos más importancia a lo negativo. Existe un riesgo en todo lo que hacemos, incluso aunque no hagamos nada. Nos asusta lo desconocido porque no hemos experimentado esa vivencia y hacemos una lista mental de todas las cosas que pueden ir mal.

4  Debido a malas experiencias pasadas. Si ha vivido una experiencia que ha catalogado como fracaso porque no ha salido como quería, si ha sentido dolor, si ha sentido frustración y se lo queda dentro alimentando esa creencia de que no sirve o no puede, no querrá saber nada sobre volver a intentarlo. Al menos hasta que lo acepte y le dé la vuelta, tomándolo como un aprendizaje para hacerlo cada vez mejor.

5 Por creencias infundadas a raíz de experiencias de otros. Si todos le dicen constantemente que conocen a tal o cual persona que no les ha ido bien, que es muy difícil, que hay que tener mucha suerte o cosas por el estilo, al final acabamos grabando en nuestro cerebro esas afirmaciones como si de verdades se trataran y acaba formando parte de nuestra realidad.